jueves, 27 de febrero de 2014

Programa Nacional del Algarrobo: Se avanza en la identificación de ejemplares y en la instalación de parcelas de árboles superiores, por sus características productivas, en el Caldenal del suroeste de Córdoba


Entre los días 26 y 27 de febrero, y dando continuidad al viaje de exploración concretado el 20 de noviembre pasado, se realizó una recorrida, relevamiento e instalación de parcelas y toma de muestras en la zona próxima a Villa Huidobro y en torno al río Quinto.
 
Notable ejemplar de caldén (La Baya, Villa Huidobro).
 
Dentro del apoyo que se viene aportando al Banco de Germoplasma de Prosopis de la Universidad Nacional de Córdoba, más recientemente, en el proyecto Bio Silva 34 y en el marco del Programa Nacional del Algarrobo impulsado desde la Dirección de Producción Forestal (DPF) del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, se realizó un viaje con integrantes de la Cátedra de Silvicultura, colaboradores y el Técnico Regional de la DPF para Córdoba, Ing. Esteban Zupan, que incluyó una visita al establecimiento La Baya, donde su titular ofreció total colaboración para la instalación de las parcelas y su preservación. De la misma forma se accedió la Estancia Sarmiento, donde su encargado tuvo la misma respuesta y predisposición, para colaborar con el objetivo de conservar parte de los últimos relictos de ésta especie de Prosopis con que cuenta la provincia de Córdoba.
Si bien originariamente, antes de la llegada de los flujos migratorios europeos y de la expansión de la agricultura y la ganadería, el caldén (Prosopis caldenia B.) cubría gran parte de la zona sur de la provincia de Córdoba y alcanzaba alguna distribución en la zona sur de Traslasierra, además de extenderse ampliamente en San Luis, centro y noreste de La Pampa y oeste de Buenos Aires, en la actualidad, en Córdoba, solo se observan ejemplares aislados o pequeños bosquecillos. Es en la región del río Quinto y en el suroeste de la provincia que se conservan algunas formaciones, en cierta medida preservadas.
Cabe resaltar que éstas son zonas marginales para la agricultura, que solo manifiesta algunos años buenos en un promedio regular o malo de rendimientos por lo limitante de las precipitaciones y su distribución, por lo que la actividad más sustentable productiva y ambientalmente, es el silvopastoreo basado en un manejo cuidado del monte. En estos casos el caldén aporta frutos que refuerzan la dieta y provee condiciones de confort a los animales en el verano como en el invierno, conserva el suelo y mejora la calidad del pastizal, aún en periodos secos cómo se puede apreciar en la siguiente imagen.
 
Efecto benéfico de los árboles sobre la calidad del pastizal (bosquecillo de caldén, La Baya).
 
Durante las jornadas de campo se procedió a recorrer la región, identificar formaciones puras y poco perturbadas, diferenciar rodales por sus aspectos sobresalientes y proceder a la marcación y georeferenciación, así como la toma de muestras de follaje y frutos que serán analizados por su morfología y composición genética para constatar su calidad y utilidad para la propagación de árboles de la especie con fines productivos. En La Baya fueron relevados y muestreados un total 120 árboles entre los principales, posibles árboles padres, y los acompañantes.
 
Durante la recolección de frutos y toma de muestras de follaje de uno de los ejemplares que conforma un rodal seleccionado (La Baya).
 
En la segunda jornada se visitó el establecimiento Estancia Sarmiento, próximo a Villa Sarmiento y a la cuenca del río Quinto. Allí pudieron observarse ejemplares notables por su antigüedad y estado de conservación y se procedió a identificar y muestrear 22 árboles que por sus características de interés forestal, se constituyen en posibles árboles padres.
 
Uno de los ejemplares seleccionados por su fuste con valor forestal, relevado en el recorrido (Ea. Sarmiento).
 
Otro de los ejemplares sobresalientes por su magnitud, antigüedad y estado de conservación (Ea. Sarmiento, Va. Sarmiento).
 
El fuego, accidental o inadecuadamente usado y aún intencional, ha contribuido severamente a la perturbación del ecosistema en toda ésta región y al deterioro  de muchos de los ejemplares que muestran notables cicatrices por su paso.
 
Una imagen que recuerda el ecosistema original, donde el silvopastoreo constituye la alternativa productiva de menor impacto, cuando es bien manejada.
 
Desde la Dirección de Producción Forestal y a través del Programa Nacional del Algarrobo, se procura rescatar los recursos forestales autóctonos y promover su cultivo para la producción de madera de calidad donde constituyen además un aporte para la preservación del ecosistema y una alternativa productiva sostenible, de mínimo impacto en regiones que resultan marginales para otras producciones. A su vez se contribuye a la preservación de parte del material genético existente que será conservado al resguardo en el Banco de Germoplasma de Prosopis de la Universidad Nacional de Córdoba.

Fuente: Ing. Agr. Esteban Zupan, Técnico Regional para Córdoba de la Dirección de Producción Forestal del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.